Los microorganismos o bacterias pueden causar numerosas enfermedades al entrar en contacto con el ser humano, son un foco de infección que permite la transmisión de ciertas patologías. En cualquier caso, para que se produzcan los contagios será necesario que se produzca la intervención de un agente causal y de una cadena epidemiológica. Como empresa especializada en la desinfección de legionella sabemos muy bien que llevar a cabo una higiene adecuada es esencial para evitar el riesgo de infección.
Podemos definir la cadena epidemiológica como el conjunto de factores que favorecen la transmisión de la infección. Desde Ecoambiente Sanidad Ambiental queremos destacar los siguientes:
- Se trata del espacio físico donde se localizan los microorganismos que pueden causar la enfermedad a las personas.
- Fuente de infección. Hablamos del espacio donde el agente patógeno puede entrar en contacto con las personas, transmitiéndole la enfermedad. Puede ser a través del agua, del aire o de una persona afectada por el agente patógeno a otra. La enfermedad también puede transmitirse de una persona enferma a otra sana o de una persona portadora, que puede encontrarse en período de incubación o ser portadora del virus sin llegar a desarrollar la enfermedad.
- Vehículo de transmisión. Nos referimos el medio a través del cual los microorganismos llegan a su futuro huésped, por ejemplo, de un animal a otro. El agente patógeno que es el responsable de la infección.
- Mecanismo de transmisión. Si en el punto anterior hablamos del vehículo que las bacterias utilizan para llegar a su nuevo huésped, ahora hacemos mención al modo en el que se transmiten. Es decir cómo se eliminar los microorganismos o la capacidad que tienen de sobrevivir al medio natural, antes de alcanzar a una nueva persona.
Podemos establecer dos tipos básicos de transmisión la que se produce directamente: que pasa de la fuente de infección de forma directa a la persona que la va a portar. En el caso de pasar de una persona a otra, se trata del contagio directo por la transmisión de fluidos o mordeduras de animales. Pero, también, puede darse el caso de que las personas se infecten de fuentes indirectas como a través del agua, de alimentos contaminados o, incluso, del aire.