Cada año se producen más de 1000 casos de legionelosis en España
A veces se pierde la perspectiva sobre la capital importancia que tiene el tomar medidas preventivas y llevar a cabo las revisiones puntuales imprescindibles para garantizar la desinfección de la legionella. Y es que no solo estamos hablando de una amenaza microbiológica patente en diversos tipos de instalaciones con acumulación de agua, sino de un problema de salud pública cuyos casos siguen contándose por más de un millar como media anual en nuestro país. Esto equivale a unos 25 casos de legionelosis por cada millón de habitantes, los cuales pueden traducirse en una fiebre leve (la fiebre de Pontiac) o, en los cuadros más graves, en una neumonía con fiebre muy alta que se conoce como enfermedad del legionario.
Si estas cifras sirven para tomar conciencia de la incidencia que esta infección sigue teniendo en nuestro país –pese a una leve mejoría desde finales de la pasada década–, no menos importante es reseñar que la aparición de brotes se puede producir además en cualquier época durante el año, por más que se los suela relacionar con el periodo estival. De hecho, tristemente, era en diciembre de 2015 cuando se producía el segundo peor caso conocido en la historia de España, con más de 200 afectados y cuatro fallecidos en Manzanares (Ciudad Real), evidenciando de nuevo la responsabilidad que tiene cualquier entidad cuyas instalaciones sean vulnerables de mantener un control exhaustivo sobre las mismas.
Como sabes, la legionella puede desarrollarse con facilidad en distintos tipos de sistemas hídricos artificiales, entre los cuales se encuentran torres de refrigeración, sistemas de agua sanitaria y de consumo humano en edificios o bañeras y piscinas colectivas, por citar los más habituales. De esta manera, hoteles, instalaciones deportivas o centros sanitarios se encuentran particularmente expuestos al peligroso microorganismo, aunque no son las únicas posibilidades: en el caso de Manzanares, los indicios apuntaban a una fuente ornamental al aire libre como probable origen de la infección, aunque no ha llegado a ser confirmado definitivamente.
En entornos como los citados es necesario desarrollar tareas minuciosas de desinfección de legionella que incluirán la hipercloración del agua y el vaciado de los sistemas para su limpieza a fondo. Una vez que se realice el recirculado, será imprescindible asimismo volver a analizar con rigor las muestras en laboratorio para poder garantizar la ausencia de la bacteria. Desde Ecoambiente Sanidad Ambiental llevamos a cabo esta tarea en nuestro ámbito de cobertura siguiendo siempre rigurosamente las pautas establecidas en la legislación vigente.