Los mosquitos son una molestia persistente cuando llega el calor, pero el pasado verano la situación se descontroló especialmente en municipios castellonenses como Nules y Moncofa, donde aún en estas fechas se siguen aplicando medidas específicas para combatir su proliferación. Como especialistas en control de plagas en Valencia, permanecemos atentos a este tipo de circunstancias, en especial dada la facilidad de propagación de estos insectos.
Por supuesto que este problema no es algo puntual ni circunscrito a estas zonas concretas. Cada verano se repiten los mismos quebraderos de cabeza en estas y muchas otras localidades repartidas por la geografía valenciana, con consecuencias no solo para el desarrollo de la vida cotidiana o el disfrute del ocio, sino especialmente para el desarrollo del trabajo agrícola y otras labores que se realizan al aire libre.
¿Por qué nuestro entorno es tan propicio para la propagación de este insecto? Las condiciones básicas que requiere son temperaturas elevadas y humedades, como las propias de las aguas estancadas. Las anegaciones que producen las lluvias torrenciales son un factor que contribuye en gran medida a su proliferación. Y el retraso cada vez mayor de la disminución de temperaturas en el otoño no hace más que agravar las cosas.
Por si fuera poco, a las molestias y peligros que conlleva la presencia del mosquito común se suma la presencia cada vez mayor del mosquito tigre en todo el litoral mediterráneo. De hecho, el Centro Europeo para la Detección y Control de Enfermedades, dependiente de la UE, sitúa a la Comunidad Valenciana como una de las zonas críticas de proliferación de esta especie en el continente, considerándolo como totalmente asentado en la zona.
Ante casos desbordantes como los producidos en la costa castellonense en los últimos meses, las actuaciones suelen pasar primero por tratar de combatir la presencia de los mosquitos en las zonas pobladas y a continuación actuar sobre sus focos de reproducción. Desde Ecoambiente Sanidad Ambiental recordamos que habitualmente los puntos críticos para su proliferación, como pozos, balsas de riego o aguas estancadas, se encuentran en fincas particulares, por lo que siempre es importante que los propietarios de las mismas permanezcan atentos y den aviso ante cualquier situación preocupante.