Intensos picores y enrojecimiento de la piel son los síntomas más característicos de una invasión de pulgas. En los casos más graves, esos insectos pueden incluso llegar a transmitir ciertas enfermedades, sobre todo a las mascotas en las que se alojan. El tifus, la peste bubónica y las tenias son algunas de las patologías más serias que pueden contagiar. Otro signo que puede alertar de la presencia de estos huéspedes indeseados es que los perros y los gatos, u otros animales, se rasquen en exceso. Como especialistas en el control de plagas, sabemos que es fundamental actuar con rapidez en estas situaciones para evitar que las consecuencias sean peores.
La colonización por parte de estos insectos suele darse en lugares en los que residen animales de manera continua, como en los establos o las perreras. Y es que la pulga siempre se convierte en huésped de algún animal, bien sea de compañía, ganado o un ejemplar de otra clase. Estos parásitos externos se alimentan de la sangre de los mamíferos y los pájaros.
Estos insectos, de los que se conocen cerca de 1.900 especies, tienen unas dimensiones de entre 1,5 y 3,3 milímetros, por lo que suelen pasar desapercibidos hasta que provocan los primeros síntomas. De color oscuro y muy ágiles, extraen la sangre de sus huéspedes mediante un mecanismo bucal de tubos. Su cuerpo presenta una dureza extraordinaria, por lo que una pulga puede aguantar grandes presiones. De hecho, es capaz de soportar la ejercida por los dedos de una persona.
Asimismo, estos insectos son capaces de saltar, gracias a la elevada longitud y a la peculiar forma de sus patas. Las características de su anatomía les permiten saltar hasta 18 centímetros en vertical y 33 en horizontal. En Ecoambiente Sanidad Ambiental llevamos a cabo tratamientos químicos para acabar con las colonias de pulgas. Así, nuestros técnicos nebulizan y pulverizan productos insecticidas de probada eficacia en los lugares en los que hay presencia de animales.
Nuestra firma de control de plagas en Valencia aconseja extremar las tareas de limpieza de las instalaciones en las que se encuentren los animales. Si hay mascotas en la vivienda, es fundamental bañarlas habitualmente y siempre fuera del hogar. Aplicarles productos repelentes para insectos y parásitos también es recomendable para prevenir una invasión de pulgas.