Como empresa de control de plagas en Valencia a precios adaptados a todos los bolsillos, te advertimos de que la oruga procesionaria del pino puede provocar complicadas reacciones en la piel. Incluso en algunas personas alérgicas, una anafilaxia. Vamos a ver qué es y sus otros efectos sobre el entorno.
En las mascotas, la presencia de la oruga procesionaria del pino tiene consecuencias más graves porque los pelos de este insecto actúan a modo de dardos envenenados que pueden incluso provocar la muerte por asfixia. Ahora en primavera hay que estar más pendientes y, si se detecta la presencia de esta peligrosa oruga, ponerse en contacto con empresas profesionales como Ecoambientesanidad.
Dónde aparece
La procesionaria es una oruga que se encuentra en parques, zonas rurales y bosques donde hay pinos y cedros. Se la llama procesionaria porque, cuando los lepidópteros rompen el bolsón en el que anidan, bajan o caen al suelo para completar su metamorfosis formando un desfile, una procesión.
La procesionaria es una plaga en los países mediterráneos y se está expandiendo hacia el norte por culpa del calentamiento global. Antes era una oruga típica de las zonas costeras y cálidas, pero hoy se está dejando ver incluso por los bosques de los Pirineos.
Como decimos, su riesgo radica en que estas orugas poseen unos pelos urticantes muy pequeños que se desprenden muy fácilmente y que son los responsables de las reacciones adversas que comentábamos antes. Sus síntomas suelen ser instantáneos y, por lo general, remiten en pocos días. Son básicamente ronchas rojas, inflamación y mucho picor. A veces también problemas oculares, bronquiales y, en los casos más extremos, anafilaxia severa.
Cuándo hay que estar alerta
Las orugas suelen andar por el suelo durante los meses de febrero, marzo y abril. Hay que prestar especial atención a niños y mascotas. Es recomendable no ponerse bajo los nidos ni intentar romperlos teniendo en cuenta que en los troncos de los árboles podrían persistir restos de pelos. Si se llega a producir el contacto con la oruga y la consiguiente reacción, hay que retirar cuando antes el insecto de la piel con pinzas o guantes y colocar celo o cinta adhesiva sobre la picadura. Pegándola y quitándola repetidamente retiraremos las espinas, pelos y toxinas. El paso final será lavar la zona con agua y jabón neutro.