Como empresa de control de plagas en Valencia a precios asequibles, estamos siempre al tanto de todas las novedades que se puedan producir y que afecten a nuestros clientes. En este post queremos hablar de una nueva amenaza de la que se ha venido hablando durante las últimas semanas: la avispa mandarina.
Estamos hablando del avispón gigante japonés (vespa mandarinia japonica), de la subespecie más grande del avispón gigante asiático o avispa mandarina (vespa mandarinia). Es de hecho el avispón más grande del mundo. Aunque por el momento no se tiene constancia de que se mueva por España, los apicultores están alerta, sobre todo teniendo en cuenta las terribles consecuencias que está teniendo la avispa velutina. Como seguro que sabrás, esta es una grave especie invasora que llegó a Europa en 2004 a través del suroeste francés en un barco de carga procedente del continente asiático.
Los expertos aseguran que estamos hablando de una especie todavía más letal y destructiva que la asiática. En Ecoambientesanidad te recordamos que la velutina ataca colmenas y ha causado importantes daños en el sector apícola de todo el país. De hecho, un solo ejemplar de avispa velutina puede llegar a capturar entre 25 y 50 abejas al día para alimentar a sus crías.
En esta línea, los productores de miel advierten de que el avispón japonés es muchísimo más invasivo y destructivo que la velutina y que por eso hay que estar prevenidos. Sobre todo teniendo en cuenta que las abejas europeas no cuentan con una estrategia eficaz para defenderse de las avispas asiáticas. De hecho, estas últimas, de gran potencial colonizador, cuando localizan una colmena dejan marcadores de feromonas para atraer a los ejemplares de su misma especie y que se sumen al ataque. El siguiente paso es que las velutinas ataquen a las productoras de miel. Tan grave es su acción que un grupo de treinta avispones puede llegar a destruir una colmena entera de unas 30.000 abejas en aproximadamente tres horas. Por eso, los productos reclaman que se adopten medidas de control biológico para impedir su llegada. Por ejemplo, introducir depredadores como el halcón abejero para controlar las poblaciones de avispas asiáticas.